Las vallas metálicas son un instrumento que se encarga de mantener la seguridad y privacidad de nuestro hogar.   

Sin embargo, si queremos conservarlas en buen estado, debemos tener en cuenta que necesitan mantenimiento. Este mantenimiento procura que las vallas sigan cumpliendo su función de cercar un terreno y, además, que mantengan su apariencia estética de manera correcta.   

¿Qué puede dañar las vallas metálicas?   

El óxido es el principal enemigo de todo lo metálico, lo que también incluye tanto a las vallas, como puertas o chapas metálicas.   

Uno de los motivos por los que se pueden oxidar es la calidad del metal. En ocasiones, se busca tener unas vallas más baratas en lugar de vallas de máxima calidad.   

Aun así, es frecuente que los materiales metálicos se oxiden por otros motivos, por ejemplo:  

  • Condiciones climáticas: las altas temperaturas hacen que el metal se oxide con mayor rapidez, por lo tanto, si las vallas están colocadas en un lugar caluroso, la corrosión se producirá antes.  
  • Oxigenación: el oxígeno es uno de los elementos que más corroen el metal. Las vallas metálicas, al estar expuestas, están más afectadas que otros objetos metálicos que estén resguardados.   

Es difícil evitar que una valla metálica se oxide si no se realiza un mantenimiento correcto. Por ello, vamos a darte algunos consejos de inspección y mantenimiento para tu valla metálica. Estos consejos también podrás aplicarlos a puertas metálicas o cualquier tipo de cerramiento metálico.   

1. Inspección de las vallas metálicas

Este primer paso es quizás el paso más importante que puedes realizar. Esto va a variar en función de la climatología del lugar en el que vivas. Si vives en un ambiente de humedad relativamente baja con muy poca precipitación, revisa tus vallas metálicas una vez cada tres meses.  

Sin embargo, si vives en un área con temperaturas extremas, con mucha lluvia o en un área nevada, es necesario revisarlas todos los meses. De esta manera, evitarás que las vallas se oxiden.  

vallas metálicas

2. Limpieza

Como en todo proceso de mantenimiento, es importante realizar una limpieza con regularidad, para que las vallas no solo luzcan limpias y brillantes, sino que también serán más resistentes al óxido. Normalmente, basta con enjuagarla y limpiarla con una toalla húmeda. Si hay excrementos de pájaros, se tendrá que limpiar con agua y jabón.  

Se recomienda el uso de un tipo de jabón seguro o neutro para la pintura, como el que se usa para lavar el coche. De esta manera te asegurarás de no dañar la pintura, además de evitar la posible corrosión.   

Esta limpieza se deberá hacer cada 2 semanas, para evitar que la suciedad se acumule y genere corrosión. Si tus vallas metálicas se encuentran en un lugar donde no se ensucien demasiado, puedes dilatar el tiempo de limpieza a un mes, aproximadamente.   

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3. Reparación de daños en la pintura

Si durante una de sus inspecciones, notas que la pintura se está pelando o agrietando, debes solucionarlo lo antes posible. De lo contrario, este problema se extenderá y la valla quedará desprotegida.   

Para solucionar esta cuestión, deberás usar un cepillo de alambre para cepillar cualquier pintura suelta o descascarada al metal. Posteriormente, tienes que retirar cualquier óxido que haya expuesto con el cepillo. Aun habiendo retirado todo el óxido posible con el cepillo, es recomendable utilizar un líquido desoxidante para eliminar cualquier rastro de óxido de las vallas.   

Por último, dale dos capas de imprimación. Cuando se haya secado, aplica dos capas de pintura anticorrosiva.  

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4. Atacar el óxido

En algunas ocasiones es posible que encuentres una mancha de óxido que necesita especial atención. Cepilla con cepillo de alambre y lija el área afectada hasta llegar al metal desnudo. Después, aplica un spray activador de óxido y déjalo secar. Por último, vuelve a imprimar dos veces y a pintar 

¿Se puede evitar la oxidación de las vallas metálicas?   

Es común que, debido a los motivos que hemos mencionado anteriormente, las vallas metálicas se oxiden con facilidad. Sin embargo, puedes realizar algunas acciones para evitar que se oxiden o, al menos, retrasarlo el mayor tiempo posible.  

En primer lugar, lo mejor para evitar que tus vallas metálicas se oxiden es contar un buen material metálico con buenos acabados. Cuanto mejor sea el material, más difícil será su corrosión.   

Además, puedes recubrir las vallas metálicas con productos protectores como esmaltes antioxidantes o protectores en polvo, en el caso de que no quieras dar una capa de pintura a tu valla.   

¿Quieres más información sobre vallas metálicas? ¡Contacta con nosotros!  

En Domingo Serna contamos con las mejores vallas metálicas, si aún no te has decidido a instalarlas o necesitas ayuda, puedes contactar con nosotros y resolveremos todas tus dudas sin compromiso. Las vallas metálicas son una combinación ideal de seguridad y estética visual.  

Puedes contactar con nosotros rellenando el formulario de contacto web o escribiendo tu consulta a la dirección de correo electrónico info@domingoserna.com. Tu consulta también encontrará respuesta si llamas al número de teléfono 965 300 192 o si acudes a nuestra sede en Orihuela, Alicante. Concretamente, estamos ubicados en la Calle Los Huertos, número 68, código postal 03300. ¡Estaremos encantados de ayudarte!